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Cómo presentar correctamente a dos gatos

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Guía paso a paso: Cómo presentar correctamente a dos gatos

Si tu gato se ha llevado bien con otro gato en algún momento de su vida, puedes asumir que aceptará cualquier gato nuevo sin mayores problemas. Desafortunadamente, los gatos son animales territoriales y no darán la bienvenida a cualquier felino en la familia así como así.

La introducción de gatos requiere paciencia y sensibilidad, por lo que debes prepararte para que dos gatos tarden un poco en aceptarse. Aquí hay algunos consejos sobre cómo encontrar un gato nuevo que tu gato acepte y cómo presentarlos.

Cómo encontrar al compañero ideal para tu gato

Considera la personalidad de tu gato residente y busca un gato que sea similar en personalidad y nivel de energía. Cuanto más se pueda lograr que las personalidades de los gatos coincidan, mejor, los gatos que tienen una personalidad similar tienen más probabilidades de llevarse bien, por ejemplo, un gato juguetón es una buena pareja para un gatito juguetón, pero ese gatito juguetón podría chocar con un gato mayor y tranquilo.

Cómo presentar a dos gatos

Mientras te preparas para presentarle a tu gato una nueva incorporación, ten en cuenta los siguientes pasos.

No apresures la presentación entre los gatos

Antes de llevar a tu nuevo gato a casa, prepárate para la presentación. La presentación inicial es importante, ya que puede hacer o deshacer la relación. Para ambos gatos, las presentaciones abruptas harán que entren en modo de supervivencia y comenzarán su relación siendo hostiles entre sí. Si bien en algunos casos, esa hostilidad puede disminuir a medida que pasa el tiempo, es más frecuente que marque el tono de la relación a partir de ese momento.

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Empieza por mantenerlos separados

Cuando traigas a tu nuevo gato a casa, colócalo en una habitación que no sea el espacio principal de tu gato residente. Mantén a ambos animales aislados para que no se puedan ver, preferiblemente con una puerta sólida entre ellos. Asegúrate de que cada gato tenga su propia comida, agua, caja de arena y poste para rasguñar.

Antes de presentar a los gatos, asegúrate de que ambos estén relajados y se adapten bien a la situación. Al principio, los gatos pueden olfatear entre sí debajo de la puerta cerrada, lo que puede ayudarlos a acostumbrarse el uno al otro de una manera no amenazadora ni visual.

Puedes comenzar a crear una asociación positiva colocando sus tazones de comida lo suficientemente lejos de la puerta cerrada para que cada uno se sienta cómodo y relajado por su lado. Si está a varios metros de la puerta, mueve gradualmente los tazones más cerca de la puerta hasta que estén muy cerca de ella. Esto puede llevar varios días o más, así que no apresures el proceso.

Usa la transferencia de aromas para ayudar a tus gatos a sentirse cómodos

Transferir el olor de cada gato a por ejemplo, un calcetín, e intercambiarlos, permitirá que cada gato se acostumbre al olor del otro gato de forma segura.

Limpia la cara del gato residente, especialmente la boca y las mejillas, con un calcetín y colócalo en el área del nuevo gato. Luego, limpia la cara del gato nuevo con un calcetín diferente y colócalo en el área del gato residente.

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Dale a tu nuevo gato algo de tiempo para explorar

Tu nuevo gato debe poder explorar de forma segura el resto de la casa. Esto le ayudará a sentirse más seguro en su nuevo entorno.

Dos veces al día, con tu gato residente en su habitación, abre la puerta de la habitación del gato nuevo durante una hora. Esto permitirá que el nuevo gato explore en sus propios términos y aprenda sobre su nuevo entorno. Al hacerlo, tu nuevo gato puede depositar su olor (mientras camina y frota los objetos) y también encontrar el olor del gato residente. Esta es una buena extensión del intercambio de aromas que se inició con el calcetín.

Asegúrate de que cada gato esté relajado y tranquilo antes de continuar con el siguiente paso.

Únelos con refuerzos positivos

Si te es posible, coloca una puerta alta para bebés en la entrada de la habitación del gato nuevo y cúbrela, dejando unos centímetros descubiertos en la parte inferior. También se puede utilizar una puerta mosquitera temporal, parcialmente cubierta, en la entrada.

Varias veces al día, alimenta a cada gato con golosinas durante unos segundos con el gato residente al otro lado de la habitación desde la puerta de entrada. Los gatos se mirarán rápidamente el uno al otro y serán recompensados ​​por ello, así que será una experiencia positiva.

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Continúa con esto todos los días hasta que los gatos estén relajados y no reaccionen a la presencia del otro cuando se vean. Luego, descubre más de la puerta para que puedan verse mejor, y continúa de esta manera gradual hasta que la puerta esté completamente descubierta.

A la hora de las comidas también se les puede alimentar de esta manera. Cierra la puerta después de cada sesión. Aumenta gradualmente el tiempo que los gatos están expuestos entre sí y acerca gradualmente las golosinas o la comida a cada lado de la puerta. El objetivo es lograr que los gatos se asocien entre sí con cosas buenas como golosinas y comida. También puedes intentar acariciar y cepillar, según los gustos de los gatos.

Fomenta el tiempo de juego

Suponiendo que las cosas vayan bien, puedes agregar el juego usando juguetes interactivos para gatos, como juguetes tipo presa que cuelgan de una varita.

Si te sientes más cómodo, puedes comenzar con la puerta aún en su lugar. Puede haber dos personas, cada una jugando con un gato, o una persona parada en la puerta o entre los gatos, con un juguete en cada mano y jugando con ambos gatos simultáneamente.

Mantén las sesiones cortas. Siempre finaliza estas sesiones antes de que se produzcan interacciones negativas.

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Si las cosas van bien, aumenta la cantidad de tiempo de juego. Después de un tiempo, si los gatos disfrutan jugando y no hay siseos, miradas duras u otras reacciones hostiles, puedes intentar jugar con los gatos sin tener la puerta entre ellos. Si el gato está acostado, ronroneando y mirando casualmente al otro gato o frotando la puerta con su cuerpo, esos son buenos indicadores para pasar al siguiente paso. También es bueno recompensar estos comportamientos con golosinas.

Supervisa a los gatos sin barreras

A estas alturas, si todo ha ido bien, tus gatos deberían comer y jugar pacíficamente cerca el uno del otro. Quita la barrera entre ellos y déjalos pasar tiempo juntos bajo tu estrecha supervisión.

Sin embargo, debes mantener una barrera cerca; algo al alcance de tu mano, como un gran trozo de cartón. Si hay la menor señal de acecho o mirada dura, debes distraer y redirigir a los gatos mostrándoles la caña de pescar u otros juguetes o golosinas. Debes estar preparado para responder rápidamente a cualquier posible agresión utilizando el cartón para separarlos. Si sientes que existe la posibilidad de que peleen, es mejor tener un trozo de cartón para poner entre ellos si la pelea estalla en lugar de estirar las manos.

Termina el tiempo de juego con una nota feliz recompensándolos con golosinas. Puedes aumentar gradualmente la cantidad de tiempo que permites que tus gatos estén juntos en la misma área, pero mantenlos siempre bajo una estrecha supervisión.

Puede pasar un tiempo antes de que te sientas cómodo dejándolos sin supervisión. Hasta entonces, entre sesiones supervisadas, el nuevo gato debe permanecer encerrado en su habitación, pero continúa permitiendo que el nuevo gato tenga un tiempo privado para explorar y moverse por la casa todos los días (con el gato residente en otra habitación). Queremos que las cosas funcionen, pero puede llevar más tiempo del que pensamos, así que es posible que tengas que retroceder algunos pasos en el proceso. La paciencia siempre vale la pena con los gatos.

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Pero si un gato se esconde más de lo habitual, orina fuera de la caja o se acicala hasta el punto de perder el pelo, esos son signos de que está infeliz o estresado, y es posible que debas dedicar más tiempo a trabajar en el refuerzo positivo con la puerta de bebé entre tus gatos. Y si los problemas persisten, lo mejor es consultar a un especialista certificado en comportamiento animal.


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Hablo tres idiomas: exageración, sarcasmo y auto-ironía, siendo el último, mi idioma nativo. No me gusta lo "mainstream" y no me gustaba lo "mainstream" antes de que no gustar de lo "mainstream" fuera "mainstream". No soy "cool" y no era "cool" antes de que no ser "cool" fuera "cool".

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